Cuando hablamos de salario emocional tendemos a pensar que solo las grandes empresas pueden acometer medidas en este sentido, pero nada más lejos de la realidad. Existen fórmulas adaptables a cualquier tipo de empresa.
Un aspecto que preocupa tanto a directivos de grandes compañías como a propietarios de pequeñas empresas es la satisfacción y el compromiso de sus trabajadores, ya que es un aspecto fundamental en el ambiente de trabajo y que repercute de forma directa en la productividad. Es evidente que las grandes compañías tienen más recursos a su alcance para conseguir este bienestar en sus empleados, pero también desde la pequeña y mediana empresa se pueden promover iniciativas para conseguir que los miembros de tu equipo estén más felices en su puesto de trabajo, se identifiquen plenamente con la empresa y en definitiva sean lo más productivos posibles.
A nadie sorprendemos si decimos que el salario tiene un impacto importante en la satisfacción de un trabajador, pero a medida que evoluciona el mercado laboral cada vez adquieren más peso otros factores como las condiciones laborales o el horario, por ejemplo. Un concepto que debemos conocer y que engloba todos estos aspectos es lo que se conoce como salario emocional.
¿Qué es el salario emocional?
Cuando hablamos de salario emocional nos estamos refiriendo a todos aquellos incentivos que no tienen un carácter económico y que recibe un trabajador por parte de la empresa encaminados a mejorar su bienestar y calidad de vida. Algunos ejemplos de estas mejoras no salariales podrían ser: horarios flexibles, el teletrabajo o la formación interna.
Aunque el término salario emocional es relativamente nuevo es una acción que se ha ido llevando a cabo en la empresa desde hace tiempo. Se ha convertido en una práctica habitual, por ejemplo, en las empresas tecnológicas donde son necesarios perfiles muy específicos y que son difíciles de encontrar. Estas empresas añaden a sus ofertas de empleo además de una buena cantidad de ceros unas condiciones lo más agradables posibles para que el trabajador se decida por su propuesta.
Beneficios de promover el salario emocional
Uno de los beneficios más evidentes de desarrollar medidas para aumentar el salario emocional a los empleados es que refuerza la motivación laboral de dichos empleados. Un trabajador más motivado es un trabajador más productivo y sobre todo con más ganas de ser productivo.
Las iniciativas que desde la empresa se dirigen a hacer que el trabajador esté lo más contento posible en su puesto de trabajo tienen una buena acogida y una visión muy positiva por parte de este. Esta percepción positiva repercute en una mayor identificación y sensación de pertenencia con la empresa, una reducción del absentismo laboral y un aumento del compromiso por parte del empleado.
Un aspecto muy importante que conviene también tener en cuenta es el aspecto económico, ya que los incentivos de tipo emocional suelen ser mucho más baratos que aquellos que tienen que ver con un aumento de la retribución salarial. De hecho, algunas de estas compensaciones emocionales no tienen ningún tipo de coste adicional en cuanto inversión monetaria se refiere y tienen un mayor poder motivacional.
¿Cómo implementar estas medidas?
Si queremos implantar medidas de mejora de la satisfacción de nuestros trabajadores debemos tener claros algunos factores:
1. Olvidarnos de complejos.
Debemos tener claro que la utilización del salario emocional no solo es cosa de grandes multinacionales con grandes departamentos de recursos humanos, sino que también nosotros, dentro de nuestras posibilidades, podemos llevar a cabo medidas para aumentar la felicidad laboral de nuestra plantilla.
2. Ser realistas.
Ya hemos comentado que es importante dejar los complejos a un lado, pero también debemos intentar no perder la perspectiva y mantener los pies en la tierra. A la hora de establecer las medidas a tomar debemos de tener claro: el coste, los resultados que voy a obtener y cómo van a reaccionar mis empleados ante ellos. Es importante no plantear medidas que estén por encima de nuestras posibilidades.
3. Preguntar a los empleados.
Por mucho que pensemos que conocemos nuestra empresa y a nuestros trabajadores tenemos que evitar caer en el error de intentar imponer esas acciones de mejora de forma unilateral. Si actuamos de esta manera podemos estar implantando cambios que no tengan los resultados esperados o simplemente sean indiferentes a nuestro personal. Como las medidas a tomar tienen que ver con las necesidades y preferencias de la gente que trabaja para nosotros lo mejor es preguntarles. El tiempo que invirtamos en una pequeña encuesta o en una reunión puede ahorrarnos mucho tiempo después probando que medidas funcionan y cuales no.
4. Tener un plan de acción.
Una vez decididas las mejoras a realizar es necesario establecer un plan de acción para la implantación de estas mejoras y hacerlo de manera progresiva y en la medida de posible de manera consensuada con la plantilla o algún representante de esta.
5. Evaluar los resultados.
Tan importante como el establecimiento de mejoras es comprobar que estas funcionan. Es indispensable saber qué medidas funcionan, pulir aquellas que no cumplan nuestras expectativas y eliminar las que no funcionen.
¿Qué medidas concretas se pueden utilizar en una pyme?
Algunas medidas son fáciles de emprender y su coste es muy reducido en comparación a los resultados:
-
Reconocimiento personal.
Es una de las acciones más fáciles y a la vez más efectivas que podemos emprender. Simplemente consiste en reconocer a nuestros trabajadores cuando hacen un buen trabajo y felicitarles por ello. Poner en valor las virtudes de las personas por encima de sus defectos les proporciona la sensación de que sus acciones son valoradas y agradecidas y les permite saber que son valiosos dentro de la empresa.
-
Flexibilidad horaria.
Supone también una práctica fácil y barata de implementar y que se ha mostrado efectiva. Cada uno de nuestros empleados tiene unas condiciones personales o familiares, así como un diferente periodo de rendimiento. Hay personas que rinden más por la mañana que por la tarde y viceversa. En este sentido un horario flexible, siempre que el puesto lo permita, facilita una mejor conciliación de la vida laboral y familiar, así como mayor productividad.
-
Lugar de trabajo agradable.
Una sala de trabajo luminosa, con espacio y bien equipada hace el trabajo más llevadero. Las plantas o la madera también dan una sensación más confortable al trabajador. La habilitación de un espacio para el descanso de los trabajadores con unos sillones, una cafetera o una nevera, por ejemplo, puede ser una medida interesante para conseguir que el empleado esté más a gusto.
-
Actividades de equipo.
Un aspecto que debemos fomentar y fortalecer son las relaciones interpersonales y para ello podemos promover todo tipo de actividades para realizar en grupo. En este sentido se ofertan muchas actividades distintas y económicas a las que podemos recurrir: escape rooms, paintball, convivencias…
-
Desarrollo profesional.
Una de las razones para dejar un trabajo es el estancamiento profesional. Para evitar esta sensación de no avanzar una buena idea sería establecer un plan de desarrollo profesional. En este plan se pueden incluir medidas como los cursos de formación o la asistencia a eventos.
El salario emocional es un factor muy a tener en cuenta y que puede aportar mucho al rendimiento de nuestra empresa. Se pueden hacer muchas cosas si estamos dispuestos a hacerlas. Atrévete y comprueba en tu empresa los beneficios del salario emocional.