Seguro que últimamente no paras de escuchar este anglicismo y, aunque crees que conoces su significado, es probable que desconozcas todas las características que debe tener una empresa para denominarse startup.
Una startup es una empresa que, aunque es de nueva creación o se encuentra en sus primeras etapas de desarrollo, presenta grandes posibilidades de crecimiento.
Una startup es una empresa, pero no todas las empresas son startups. Intentaremos exponer claramente cuáles son las características y el funcionamiento de este tipo de compañías:
-
Una startup no es una pyme
Este tipo de empresas toman su denominación basándose principalmente en el número de trabajadores. Una pyme es, a grandes rasgos, una empresa con menos de 250 trabjadores. Independientemente del número de personas que conformen su plantilla, una startup es un negocio con proyección y capacidad de crecer de una forma mucho más rápida y eficiente que una pyme.
-
Incertidumbre y presupuestos bajos
El riesgo y la incertidumbre son características íntimamente ligadas a las startups. Son proyectos basados en ideas innovadoras que, aunque cubren una necesidad del mercado, se ponen en marcha con presupuestos muy bajos y un encaje incierto en el mercado.
-
Las startups son empresas jóvenes
Se caracterizan por ser proyectos sin consolidar que tienen la necesidad de evolucionar y convertirse en empresas de éxito o, por el contrario, cerrar.
-
Ideas innovadoras y tecnología
Aunque no todas tienen un componente innovador, generalmente se basan en ideas originales e innovadoras con una fuerte relación con la tecnología. Por lo general, tienen una gran disposición de adaptación para satisfacer las necesidades del mercado.
-
Cubren necesidades del mercado
Los productos o servicios que generan las startups suelen ser altamente deseados o requeridos por el mercado porque cubren una necesidad que todavía no está cubierta.
-
Costes bajos y beneficios rápidos
La mayoría obtienen beneficios que crecen exponencialmente, aunque operan con presupuestos muy limitados. Uno de los principales objetivos de las startups es mantener los costes bajos para conseguir beneficios de manera rápida.
-
Nuevas formas de financiación
Los emprendedores que dirigen startups no suelen recurrir a las fuentes de financiación tradicionales. Para ellos, el préstamo bancario no es la primera opción y suelen arrancar con una mínima inversión particular aportada por los socios fundadores, quienes además cubren con su propio trabajo todos los perfiles necesarios para poner en marcha el negocio.
Una vez que la startup supera las primeras fases y consigue cierta madurez, a la hora de iniciar la fase de crecimiento y dar el salto definitivo, lo habitual es recurrir a rondas de financiación o a inversores privados como los Business Angels.
-
Negocios globales
Las startups suelen ser ambiciosas en cuanto al ámbito geográfico y son negocios globales que intentan traspasar fronteras.
Si aún no tienes claro qué es una startup o necesitas un poco de inspiración, a continuación te presentamos algunos ejemplos de negocios emprendedores que hemos seleccionado como algunas de las mejores startups de España: