Google ya no es la empresa referente por sus instalaciones y sus programas de bienestar para empleados. Existen otras muchas que ostentan el título “Great Place to Work” o mejor espacio de trabajo, tanto por sus oficinas como por demostrar tener una cultura basada en el bienestar. En Estados Unidos casi todas las grandes empresas compiten por ofrecer las mejores condiciones para atraer el mejor talento.
En 2015 Sandra y Silvia estudiaban en el IE un master sobre Diseño de espacios en el que aprendieron que existía otra forma de diseñar, aunando diferentes disciplinas y poniendo en el centro del diseño a las personas, trabajando con ellas para descubrir cuáles son sus necesidades reales. Les enamoró tanto esta forma de trabajar que cuando regresaron a España se decidieron a intentarlo. Y así fue cómo en una cafetería Starbucks en Gran Vía, el 23 de marzo de 2016 decidieron crear DoWe, un estudio de arquitectura emocional, como lo definió uno de sus primeros clientes, que busca ayudar a las empresas a través del diseño, creando proyectos funcionales y con alma, para construir los ecosistemas de las organizaciones del futuro.
Crean trajes a medida para ayudar a la organización a adaptarse a las nuevas formas de trabajar, para ser más ágiles, crecer de forma estructurada, y para que la organización no olvide su misión, visión y valores.
“Las empresas españolas no cuentan con espacios adecuados para trabajar”
Silvia Rivela, co-fundadora de DoWe.
Sandra y Silvia
Los fundadores originales son Sandra Brenes, Silvia Rivela y Pablo Valcarcel. Las dos primeras socias contaban con experiencia previa en el diseño de espacios de trabajo, Sandra en el mundo corporativo, trabajando codo con codo con los equipos de Recursos Humanos de empresas como Santander, ONO, Vodafone, etc., para desarrollar sus espacios de oficinas, y Silvia en el mundo del emprendimiento, trabajando para empresas como Reclamador y espacios de co-working como Utopicus. Pablo es socio y mentor, experto en metodologías ágiles y Lean startup. Más tarde se unieron Carmen Rivela, liderando la parte de Arquitectura y obra, aportando la experiencia y conocimiento técnico que les hacía falta, Jessica Carreira en calidad de diseñadora, y por último, Avelina Frías y Yacarlí Carreño, expertas en estrategia de comunicación, marketing y sociología. Todos ellos, desde sus especialidades, comparten la misma idea común: el diseño y la estrategia son herramientas súper potentes para mejorar el día a día de las personas.
La metodología del Transformative Design
Transformative Design es la metodología de trabajo participativo que han desarrollado en DoWe y que les permite conocer en profundidad tanto la parte funcional de las organizaciones como la parte emocional, para así ser capaces de crear un entorno de trabajo 100% optimizado e inspirador, con el que el cliente se sienta identificado.
¿Cómo lo aplican? Estudian y trabajan con los 3 agentes principales que configuran una organización: la digitalización y sus procesos internos, el espacio en el que se van a instalar, y finalmente lo más importante: las personas y la cultura corporativa, la comunidad que la habitan junto con sus rituales.
El valor añadido del diseño
Silvia nos cuenta que el diseño de DoWe aporta a la empresa valor añadido y que durante el proceso, los clientes se conocen a si mismos, obtienen un gran conocimiento sobre la organización, y con ello la posibilidad de saber qué áreas de mejora tienen, facilitando la toma de desiciones.
¿Cómo es el proceso de diseño? Totalmente participativo. Diseñan estrategias con talleres de co-creación conjunta con el cliente, para que la información sea real y fluya de manera divertida. Esto ayuda a que las personas se sientan comprometidas con la empresa, al ver que se les escucha y valora, nos explica Silvia Rivela.
El espacio de trabajo y las emociones
Para DoWe, el espacio es una herramienta estratégica muy potente que ayuda, entre otras cosas, a adquirir nuevos hábitos de trabajo. A través del espacio facilitan que las metodologías ágiles se implementen de forma más eficiente en las empresas, incentivan que las personas de diferentes departamentos se conozcan creando patrones de movimiento o puntos de encuentro, o simplemente ayudan a que alguien se aisle cuando no tiene un buen día y necesita trabajar. En definitiva, buscan la máxima comodidad para el trabajador, tanto física como emocional, y la interacción entre las personas que forman una comunidad para que esta sea fuerte. Por ello, primero resuelven las seis categorías necesarias para habitar un espacio: el confort, la acústica, la visión, la espacialidad, el movimiento y la vitalidad. Y segundo, a nivel emocional y comunitario, creando espacios que sean reflejo de la cultura corporativa y resuelvan las necesidades de la comunidad que la habita y sus rituales.
“Las seis categorías necesarias para habitar un espacio: el confort, la acústica, la visión, la espacialidad, el movimiento y la vitalidad”.
Silvia Rivela, co-fundadora de DoWe.
Las primeras categorías están relacionadas con la influencia directa que los aspectos del espacio tienen sobre el estado de ánimo y la motivación de las personas a nivel individual, cosas como el color, la calidad del aire, la estimulación de los sentidos por sonidos, texturas, la comodidad de las sillas, mesas altas o bajas, etc. La segunda alude directamente al cómo conseguir que los rituales de la empresa no se pierdan para estimular que las personas de un equipo se relacionen, conecten con sus compañeros y con la misión y visión de la empresa. ¿Cómo trasladamos esto al espacio?
Dos ejemplos prácticos y reales: en spotahome tienen una zona abierta en cada planta llamada estudio, con mesa alta, taburetes y una pizarra en pared, que se utiliza para tener reuniones de equipo grandes, muy dinámicas y de corta duración, y un espacio biblioteca libre de ruido dedicado en exclusiva al trabajo en concentración o al descanso. En el terreno de lo cultural o su comunidad, cada startup tiene sus rituales y no suelen salir dos espacios similares. La cocina y el auditorio suelen ser claves por ser espacios polivalentes, flexibles y compartimentables que se utilizan para realizar desde formaciones, meet ups, brainstorming, sesiones de trabajo en equipo, como zona de desconexión, etc. Por experiencia sabemos también que si existe una terraza, es de los espacios más demandados durante casi todo el año, nos explica Rivela.
Captar y mantener el talento
En Estados Unidos casi todas las grandes empresas compiten por ofrecer las mejores condiciones para atraer el mejor talento. ¿Cómo lo hacen? Según nos cuenta Silvia Rivela, lo consiguen adaptándose a lo que quieren los profesionales, una empresa que crea en ellos, que les permita desarrollarse como profesionales, seguir creciendo, que apueste por su bienestar y por crear un entorno saludable, tanto a nivel físico como emocional, que apueste por el respeto, la conciliación, la flexibilidad, una comunicación transparente y que tenga una visión, misión y valores fuertes. Nos encontramos en un mundo en el que lo económico es importante, pero las personas apuestan cada vez más por desarrollarse profesionalmente en trabajos que les gustan y en empresas con una cultura corporativa que apuesta por su bienestar, con políticas y espacios que facilitan tu día a día en el trabajo. Hoy pasamos más del 50% de nuestro tiempo en el trabajo, mejor hacerlo en un lugar que te inspire y haciendo algo que te guste para alguien que apuesta por ti, ¿no?
“Si el trabajador está más cuidado y contento, es más productivo y la organización irá mejor”
Silvia Rivela, arquitecta y diseñadora de espacios de trabajo.
Una obligación para la empresa
El espacio de trabajo debe ser plenamente funcional y a la vez cómodo y acogedor. Para Silvia Rivela, las empresas deberían grabarse eso a fuego en la cabeza, nuestra felicidad en el trabajo va ligada a la productividad, y eso es perjudicial tanto para el empleado como para la empresa. En referencia a crear entornos inspiradores y bellos, no subestimemos la importancia de la belleza, existen estudios que demuestran que la belleza de un espacio es el factor que marca la diferencia entre generar una experiencia de usuario buena y una experiencia de usuario excelente. Las organizaciones deben comenzar a ver el gasto como una inversión, ya que si el trabajador está más cuidado y contento, es más productivo y la organización le irá mejor, nos explica Rivela.
En DoWe clasifican los espacios en cinco tipos: entornos para poder realizar trabajos en concentración, en colaboración, espacios para socializar, para la transmisión de conocimiento y aprendizaje, y por último y no por ello menos importante, espacios para el bienestar y descanso. Según ellos, para que un proyecto sea funcional, tiene que haber diferentes espacios que resuelvan todas estas necesidades.
Empresas comprometidas
¿Quiénes son los clientes DoWe? Toda aquella que necesite transformar su cultura corporativa y sus oficinas. En realidad tienen dos tipos de clientes: corporativos y PYMES a partir de 15 personas, que necesitan renovarse y hacer un proceso de transformación cultural y gestión del cambio para actualizarse y avanzar hacia nuevas formas de trabajo, digitalizarse, y ser más ágiles y competitivas, atrayendo también a los mejores talentos y las nuevas generaciones. Por otro lado están las StartUp en fase growth o crecimiento exponencial, que duplican o triplican el número de trabajadores en muy poco tiempo, y que de por si ya trabajan de forma muy ágil pero buscan una oficina a medida y de alto rendimiento, súper productiva, que les ayude a estructurarse para ser cada vez más competitivos, y a transmitir su cultura y valores a las nuevas incorporaciones.
En DoWe clasifican los espacios de trabajo en cinco tipos: entornos para trabajos en concentración, en colaboración, para socializar, para la transmisión de conocimiento y aprendizaje
Los primeros clientes DoWe comenzaron siendo personas muy preocupadas por el bienestar en la oficina, que escuchaban el discurso y decidieron apostar por mejorar el bienestar de sus trabajadores. Actualmente les funciona muy bien el boca a boca, ya que todos sus clientes les han puesto en contacto por lo menos con otro cliente nuevo, según nos comenta Silvia.
Google ha dejado de ser la empresa referente
Para Rivela, Google ha dejado de ser la empresa referente en “arquitectura emocional”. Existen otras muchas empresas que ostentan el título a “Great Place to Work” o mejor espacio de trabajo, tanto por sus oficinas como por demostrar tener una cultura basada en el bienestar. En Estados Unidos casi todas las grandes empresas compiten precisamente por ofrecer las mejores condiciones para atraer el mejor talento. En España, un ejemplo de empresa con la que hemos trabajado es Citibox, un claro ejemplo de cómo una cultura corporativa ha moldeado su espacio, nos explica Silvia.
Las empresas españolas no cuentan con espacios adecuados para trabajar
En nuestro entorno no está definida una cultura clara que apueste por el bienestar de las personas. Para esta experta en arquitectra emocional, trabajamos en espacios que no resuelven las necesidades del día a día, por ejemplo el open space o pradera, que ya se ha demostrado que es muy ineficiente para momento de concentración. Falta de espacios individuales para trabajo en concentración, un número de salas de reuniones inferior al necesario porque han calculado mal el número de ellas o estas están mal dimensionadas y ves a una persona trabajando en una sala de 6 en lugar de tener un espacio, etc.
Para Silvia, en España tenemos mucho por aprender, comenzando por asimilar e interiorizar de verdad conceptos tan básicos como que la forma de trabajar ha cambiado, que la cultura de la empresa es lo más importante o que el bienestar de tu equipo va unido al éxito de la organización. Es muy común que las organizaciones promuevan el cambio únicamente físico. Hay un dicho en español que nos encanta utilizar en estos casos: “aunque la mona se vista de seda, mona se queda”. Solamente reforman el espacio para crear unas oficinas muy vistosas “de cara a la galería” pero que normalmente son cero productivas para quienes la habitan, porque no se corresponde ni con sus necesidades reales, ni con su cultura ni procesos internos. Para Rivela, esta es una inversión mal hecha que además los empleados entenderán como algo injusto, ya que “hay otras cosas más importantes que mejorar antes”.
“En España tenemos mucho que aprender sobre arquitectura emocional”
Silva Rivela, co-fundadora de DoWe.
Cambiar el espacio no sirve de nada si previamente no promueves un cambio cultural trabajando con tu equipo y desde el principio, preocupándote por generar una cultura corporativa fuerte, y desarrollando en conjunto una forma de trabajar que encaje realmente con las necesidades de la empresa. Una vez que tengas estos intangibles, es cuando el espacio te apoya y ayuda a que se conviertan en conductas asimiladas en las dinámicas del día a día de cada trabajador. Las organizaciones que se han preocupado por aceptar esto y aplicarlo en todos sus niveles, suelen ser aquellas que justamente van a la cabeza de la innovación, y suelen ser también las más exitosas.
El Workplace (así es como se le llama la disciplina que se encarga de estudiar todo este tipo de cosas) es originario de Silicon Valley, un lugar en donde la competencia por el talento es muy alta y las organizaciones tienen claro que para ser las mejores, deben contar con los mejores, y para eso deben ofrecer siempre lo mejor: el mejor proyecto, la mejor oficina, las mejores condiciones de conciliación laboral, etc. Pero no hace falta irnos tan lejos para encontrar ejemplos de países que están apostando por el bienestar, en Noruega o Holanda la normativa ya exige que las organizaciones incorporen mesas elevables en altura en todas sus oficinas para evitar el estar sentados todo el día.
En Noruega o Holanda la normativa ya exige que las organizaciones incorporen mesas elevables en altura en todas sus oficinas para evitar el estar sentados todo el día
La flexilbilidad en los horarios no solo puede ser beneficiosa para los empleados, sino también para las propias compañías. Cada persona tiene unos ciclos de trabajo diferentes, unos son más productivos a primera hora de la mañana, otros por la tarde o a medio día, al final lo importante es que dentro de unos parámetros determinados que encajen con el desarrollo del trabajo en equipo, cada uno tenga libertad de elegir en qué momento quiere trabajar. La presencia de un futbolín, tobogán o cualquier otra cosa similar no tienen que ver con la libertad de horarios, sino con la posibilidad de desconectar durante un rato del trabajo para después volver a la carga con energías renovadas.
Las empresas deben apostar por los trabajadores, por formarlos, hacer que crezcan, escuchar cuales son sus necesidades reales del día a día, implementarlas y ofrecerles condiciones flexibles de trabajo.