El emprendedor de éxito requiere de unas cualidades determinadas. ¿Te ves reflejado en este perfil?
1. Entusiasmo
Aunque suene a tópico, es una realidad. La primera regla de todo emprendedor es “lucha por tus sueños”. Sin pasión es difícil que un proyecto despegue, aunque no basta solo con las ganas.
Ramón Rodríguez Reca, director de la Agencia del Alambre: “Si no crees ciegamente en lo que haces difícilmente vas a poder convencer a los demás que eres lo que estaban buscando”.
2. Iniciativa
Es imposible convertirse en empresario sin iniciativa. Por lo general, el emprendedor desarrolla su proyecto para poder trabajar en lo que le gusta y ser independiente, aunque esta iniciativa a veces se ve frenada por una falta de prioridades claras o la tendencia a ser demasiado perfeccionista, la falta de capital o de los apoyos necesarios para llevar adelante el negocio.
3. Capacidad de trabajo
Los buenos resultados empresariales no vienen solos. Detrás de un caso de éxito suele estar la fuerte capacidad de trabajo de un emprendedor para dedicarle a su empresa el esfuerzo y el tiempo que requiere. Un profesional con una alta capacidad de trabajo hace un uso más efectivo del tiempo, soporta mejor la presión y es capaz de adaptarse a los escenarios más exigentes, lo que le facilita poder cumplir sus metas.
Javier Ruiz, propietario de la empresa Cumbres de Segura: “Un emprendedor ha de dejarse la piel por su negocio día a día”.
4. Afán de perfección
Los emprendedores de éxito valoran el trabajo bien hecho y se esfuerzan siempre por mejorar. Se exigen a sí mismos y a sus equipos una ejecución impecable del trabajo y, por consiguiente, unos buenos resultados.
5. Perseverancia
La persistencia es la clave. Cualquier profesional, y en particular los emprendedores, debe ser capaz de lidiar con obstáculos y ser perseverante para crecer a pesar de la cantidad de veces que rechazan su producto o servicio.
Alejandro Suero Pineda, socio cofundador de Healthinn: “La perseverancia es sin duda la cualidad que debe caracterizar a un emprendedor. Sin embargo, rodearse de las personas indicadas para formar un equipo con talento es fundamental”.
6. Mente abierta
Acepta las críticas. El primer paso para mejorar es aceptar que no lo sabes todo. El emprendedor debe aprender a aceptar las opiniones de los demás y tratar de mejorar todo aquello que no funciona. El desarrollo de un proyecto es un aprendizaje continuo en el que se cometen errores y recibimos críticas y reproches. Ponerse a la defensiva es la peor actitud en estos casos. Lo importante es tener una mente abierta y aprender de la visión de otros.
Nacho Martín, CEO de Inmertec: “Un emprendedor debe tener capacidad para escuchar, aceptar las críticas y no verlas como algo malo”.
7. Optimismo
El optimismo es una actitud que facilita el trabajo. Ver el vaso medio lleno ayuda a que el trabajo sea más agradable, menos estresante e incluso relajado, y es una cualidad que suele ser común entre profesionales de éxito.
8. Capacidad resolutiva
Una persona con capacidades emprendedoras trabaja con un objetivo claro y unos resultados marcados. No hace las cosas por hacerlas, y si se encuentra con un problema, prepara una batería de propuestas para solucionarlo.
9. Autoconfianza
Si crees que puedes, es posible que lo consigas, pero si crees que no puedes, seguramente fracases. La confianza en uno mismo es necesaria a la hora de comenzar un proyecto pero es más importante, si cabe, en momentos de crisis.
Jordi Cahué. Director de Sonríaporfavor: “El emprendedor debe tener confianza en sus capacidades para no perecer ante el primer obstáculo”.
10. Capacidad de aprendizaje
Ser un emprendedor significa aprender en el proceso y, si tienes naturaleza de esponja, todo será más fácil y rápido. El emprendimiento no es un trabajo de 8 a.m. a 5 p.m., es un progreso continuo en el que debes estar dispuesto a aprender de todos.
ALEJANDRA MCKELLIGAN, creadora de Contrasta: “El emprendedor debe tener la capacidad de estar en estado de aprendizaje continuo y perpetuo, ser una persona que no solo se adapta a los cambios, también los provoca, alta dosis de resiliencia, tener un pensamiento disruptivo, apertura a la colaboración en red, Inteligencia emocional, Proactividad, contar con competencias digitales, etc.”.
11. Visión de futuro
Para los emprendedores de éxito, la intuición y la capacidad de anticiparse al futuro son dos valores necesarios. El secreto está en simplificar la información y no quedarse en los pequeños detalles, en captar las ideas más importantes e identificar las necesidades que tendrá el mercado futuro.
12. Riesgo controlado
El control del riesgo es una necesidad en todo proyecto emprendedor, aunque en la mayoría de los casos el error se encuentra en la capacidad para medir ese riesgo. El optimismo inicial y las prisas llevan a menudo a sobrevalorar las posibilidades del negocio y las propias capacidades del emprendedor.
No solo debe valorar el riesgo que supone crear un negocio analizando la inversión económica, también debe tener en cuenta el riesgo personal y familiar que implica esta decisión, además de aspectos como la renuncia a la seguridad económica que proporciona un sueldo mensual como trabajador por cuenta ajena.
13. Habilidad comercial
Esta suele ser una de las asignaturas pendientes de los emprendedores y en la mayoría de los casos no cuentan con la capacidad necesaria para captar clientes o no tienen un suficiente conocimiento del mercado. Sin embargo, esta carencia es fácil de suplir buscando un socio que aporte estas habilidades o, simplemente, se puede trabajar en este aspecto para adquirir las actitudes y modificar las inadecuadas para comercializar correctamente el producto o servicio. En este caso, el vendedor no nace, se hace.
14. Dotes comunicativas
La capacidad de comunicar y de influir en los demás por medio de la confianza es crucial para conseguir los objetivos. Además de trabajar en las habilidades verbales y de comunicación no verbal, es importante que el emprendedor conozca las motivaciones personales y profesionales de su equipo. Los fallos a la hora de seleccionar a los empleados, poner a personas equivocadas en puestos de relevancia, no saber motivarles, comunicar mal o la incapacidad para delegar, en muchos casos lastra el crecimiento de algunos proyectos que parecían exitosos en un principio.
Por otro lado, el saber afrontar las reuniones con una postura dialogante e intentando conectar con la otra parte, ayuda a conseguir el resultado esperado en los procesos negociadores, imprescindibles para cualquier negocio.
15. Capacidad de crear contactos
No basta con tener una buena idea y un buen equipo. Hay que crear buenas relaciones. Los buenos emprendedores se esfuerzan por conseguir los contactos que le proporcionen los recursos externos, y lo hacen de manera programada, sin esperar a que surjan.
16. Adaptación al cambio
La supervivencia de la empresa dependerá de la flexibilidad del proyecto. El mercado sufre cambios constantes y el emprendedor debe ser consciente de ello. El camino que eligió al comenzar su proyecto puede no ser el correcto a la semana siguiente, por lo que se verá obligado a adaptarla si no quiere fracasar.
17. Creatividad
Esta cualidad no solo se aplica a la elección de la idea de negocio, sino que se aplica a todos los procesos del negocio. Las personas creativas acostumbran a cuestionárselo todo, saltarse las normas y buscar más allá de lo establecido. Es clave que el emprendedor sepa detectar oportunidades de negocio y soluciones eficaces en momentos de crisis, para salir airoso de situaciones complicadas.