Los trabajadores cobran cada vez más protagonismo en las compañías. El mundo está cambiando extremadamente rápido y las empresas tienen la obligación de innovar para no quedarse en el camino. Poco a poco van involucrando a los trabajadores en los objetivos de la organización. Buscan intraemprendedores.
Son empleados comprometidos, capaces de desarrollar nuevas líneas de negocio y sin miedo a asumir responsabilidades. Son los llamados intraemprendedores o imprendedores: profesionales perseverantes, innovadores, entusiastas de su trabajo y sin reservas para impulsar un nuevo negocio por su cuenta y riesgo. En definitiva, emprendedores por cuenta ajena.
El empresario sabe que contar con estos trabajadores mejora notablemente el crecimiento de la compañía. Las ventajas para la empresa son todas: contar con gente atrevida y capaz de pensar por sí sola, que ayuda a diferenciar a su compañía dentro de su sector y hacerla más competitiva.
“El 40% del emprendimiento futuro vendrá de la mano de intraemprendedores”
Spain Business School
Estas organizaciones ponen a disposición de sus intraemprendedores la estructura que les permite innovar. Les facilitan herramientas para aportar propuestas y reservan parte de su jornada laboral a que trabajen en sus propios proyectos. A cambio, por cada iniciativa que llega a ponerse en marcha, reciben reconocimientos y recompensas económicas. En el fondo, estas empresas están funcionando como si se tratasen de incubadoras. Desarrollan su actividad y además trabajan para que sus intraemprendedores o imprendedores cuenten con el entorno adecuado. Seguro que habéis oido hablar del famoso 20% de Google. Ese es el tiempo de trabajo del que disponen los empleados para salirse de la rutina y pensar en cómo mejorar la compañía.
Los intraemprendedores son empleados comprometidos,
capaces de desarrollar nuevas líneas de negocio
y sin miedo a asumir responsabilidades
Cada vez son más las organizaciones que potencian estos perfiles entre sus empleados y buscan estas cualidades en el mercado. Y no es tarea fácil. Según el Global Entrepreneurship Monitor (GEM), solo el 2,5% de los españoles emprenden en su trabajo. Y si el empresario tiene la suerte de detectar a los intraemprendedores, tiene que incentivarlos.
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Entorno seguro
Aunque el imprendedor es un profesional innovador al que le gusta el riesgo, no es tan lanzado como el emprendedor que crea su empresa “sin red”, siendo consciente que el fracaso del proyecto puede ser su ruina económica. El intraemprendedor ha decidido formar parte de un proyecto que le asegura el mantenimiento de su puesto aunque la idea no llegue a tener éxito.
Para ayudarle a desarrollar su iniciativa, la empresa debe crear un entorno seguro que le permita dedicar tiempo a su proyecto con la tranquilidad de volver al puesto anterior si la experiencia no consigue los resultados esperados.
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Libertad
Si la empresa quiere iniciativa y creatividad debe proporcionar total libertad a los empleados para experimentar. Como cualquier emprendedor, quiere libertad de actuación sin barreras que coarten o cambien el rumbo de la idea de negocio. Esto no significa que trabaje solo, sin supervisión ni apoyo. Significa que debe tenerse en cuenta su criterio aunque forme parte de un equipo creado para desarrollar el proyecto.
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Recursos
Como cualquier idea de negocio, su desarrollo va a necesitar de recursos, no solo técnicos o logísticos, también humanos. Aunque en un principio pueda resultar costoso para la compañía ceder parte de sus recursos a un proyecto que no tiene resultados cuantificables, si el proyecto llega a ser una realidad, la recompensa final merecerá la pena.