Eyesynth ha sido elegida la mejor startup social de Europa en los premios entregados por la Comisión Europea y la Fundación Finnova. Esta empresa castellonense desarrolla un sistema de comprensión visual para invidentes que convierte el espacio en audio. Se basa en la combinación de un chip de alto rendimiento, sensores y un software especialmente diseñado para el procesamiento de imágenes. Con este equipo, y a través de unas gafas, Eyesynth transforma los espacios 3D que nos rodean y los objetos de nuestra vida cotidiana en sonidos que llegan al usuario a través del auricular coclear. Con este sistema, el usuario puede saber la forma de un objeto, su tamaño e incluso la distancia a la que está.
Según Antonio Quesada, uno de los creadores del dispositivo y CEO de la startup, “la idea nace como respuesta a la falta de avances tecnológicos para la movilidad de los invidentes, pese al enorme potencial de la tecnología actual”. Hasta ahora, las principales herramientas de los invidentes son el bastón y el perro, así que pensó que era el momento de introducir un elemento tecnológico de alto nivel en esta ecuación.
Alberto Fernández, José Carlos Torres, Ángel Garcia y Antonio Quesada han sido los precursores, aunque el equipo actual lo forman 15 personas, además colaboradores externos, consejeros y probadores. Llevan trabajando cerca de 4 años en el proyecto, desde la conceptualización de la idea hasta el desarrollo del sistema en distintas fases. Los ensayos atravesaron varias etapas: La primera fue validar el software de conversión de imagen y sonido. A continuación diseñaron una simulación en realidad virtual en un mundo 3D usando como referencia el sonido de Eyesynth. Una vez lo probaron con éxito, iniciaron la fase de fabricación de un prototipo físico. Fue entonces cuando comenzaron con las pruebas más extensivas.
Eyesynth se compone de unas gafas que registran el espacio en 3 dimensiones y un micro-ordenador que procesa la información y la convierte en audio comprensible para el invidente. Nosotros lo llamamos “experiencia de sentido aumentado”. El sonido es abstracto, parecido al rumor del mar y se transmite a través de los huesos de la cabeza, por lo que los oídos quedan libres para escuchar y se evita la fatiga. No se usan palabras y es muy fácil de aprender.
Las gafas envían imágenes al micro–ordenador y las procesa en tiempo real, por lo que el usuario obtiene una respuesta instantánea. El entorno es capturado y procesado en 3D. Esto significa que además tenemos información acerca de la profundidad. A continuación, el ordenador convierte toda esa información en una serie de sonidos que permiten interpretar espacios abiertos, formas y obstáculos.
“En unos minutos el usuario es capaz de comprender cómo funciona el sistema, y el cerebro es un músculo más, cuanto mayor entrenamiento, mejor respuesta”.
Antonio Quesada, CEO de Eyesynth