¿Cómo es el lugar de trabajo perfecto?

¿Cómo te gustaría que fuera tu puesto de trabajo?   Desde hace un tiempo, las empresas se están preocupando cada vez más por captar talentos y cuidarlos para que no tengan la tentación de irse a otra empresa de la competencia. Para ello, ya no basta con un buen sueldo, contar con un espacio en el que se sientan cómodos es fundamental.

Si antes el salario y la carrera profesional eran suficientes para retener el talento, ahora se valora mucho más el espacio en el que se desarrolla la actividad como medio para motivar a los trabajadores. Las compañías trabajan para crear entornos abiertos, confortables y colaborativos que generan compromiso en los empleados.

Las empresas con trabajadores motivados consiguen un 147% más de beneficios

Corporate Solutions de JLL España

Las compañías están utilizando el bienestar como incentivo para contratar a empleados con talento y retener a los existentes. Además de promover entornos saludables, las empresas fomentan los hábitos de vida saludables para mejorar la productividad, reducir el estrés y el absentismo. Y no hay duda de que funciona. Un mayor bienestar de los empleados aumenta la productividad, reduce el estrés y ayuda a la conexión de las personas.

¿Cómo es el lugar de trabajo perfecto?

El espacio ideal es aquel al que te apetece ir, el que te aporta bienestar, te ayuda a ser más productivo y reduce, al mismo tiempo, las posibilidades de que te vayas a la competencia.

El bienestar de los profesionales en el lugar de trabajo no se limita a la ergonomía de una silla o el tamaño de la pantalla del ordenador. Las empresas buscan edificios abiertos con luz natural y un abanico de espacios donde realizar diferentes trabajos: zonas diáfanas sin puertas, espacios cerrados para que los equipos se reúnan sin ruidos ni interrupciones, salas privadas donde los empleados pueden trabajar concentrados y en silencio, zonas informales con asientos cómodos, zonas verdes, salas de ocio y pequeñas cocinas.

A todos nos gusta trabajar en un entorno de luz natural y está demostrado que aumenta la productividad de quienes tienen una ventana junto a su puesto de trabajo. La mala iluminación causa de fatiga visual y dificulta la concentración y la creatividad. De ahí que se fomente su uso al máximo tanto en las nuevas edificaciones como en el rediseño de oficinas.

En los casos en los que no es posible trabajar con luz natural directa, está la opción de implantar sistemas de iluminación circadiana que adaptan la luz artificial de los espacios cerrados a los ciclos biorrítmicos naturales de los seres humanos.

La tendencia es que los muebles puedan adaptarse y cambiar de sitio dependiendo de las necesidades de cada momento, tanto si se necesita trabajar individualmente como colaborar con un compañero o en equipo.

Para conseguir esta flexibilidad es imprescindible que el espacio sea diáfano y permita redistribuir el mobiliario, unir varias mesas para trabajar en grupos o despejar una zona para una reunión de pie en equipo.

Cuestiones básicas como la ergonomía de los puestos de trabajos son innegociables. Deben adaptarse a las personas mediante un mobiliario ergonómico y un diseño del espacio orgánico. Que las sillas y las mesas incorporen ruedas es algo imprescindible.

Pero el cuidado del espacio no queda ahí. El confort va más allá y hay que tener en cuenta factores como la temperatura, el ruido ambiental o las zonas de descanso.

Cada vez son más numerosos los espacios de relax con sofás o sillones cómodos para los períodos de descanso de los trabajadores. Dormir un rato antes de volver al trabajo hace que refresquemos nuestras y seamos más productivos.

Está demostrado que llevar un estilo de vida saludable realizando ejercicio diario ayuda a estar de mejor humor y ser más productivos. La endorfina, la serotonina y la dopamina que produce la realización de ejercicio son las responsables, así que las empresas se han lanzado a promover pequeños cambios para que sus trabajadores no estén sentados todo el día.

Ya son bastantes las empresas que han incorporado gimnasios a sus instalaciones, canastas de baloncesto en espacios de ocio, mesas sin sillas y de mayor altura para trabajar de pie, o han ido implantando la costumbre de llevar a cabo las reuniones de pie, para evitar el sedentarismo y optimizar el tiempo.

Intentando que los trabajadores hagan menor uso de los ascensores y usen las escaleras, muchos arquitectos están optando por colocarlas en una zona central y visible justo a la entrada de los edificios. Así, casi sin pensarlo, quien entra en el edificio no se preocupa de buscar los ascensores.

Lo ideal, además de tener luz natural directa, es mantener un ambiente limpio. El aire mal filtrado tiene efectos negativos en la productividad, causando cansancio y somnolencia.

Para conseguir este ambiente limpio y fresco, abre la ventana dos o tres veces durante la jornada laboral y preocúapte de que los sistemas de ventilación tengan un buen mantenimiento. Además, una buena opción es elegir un ambientador con un aroma que te haga sentir como en casa e integrar plantas en el entorno para reducir el estrés y minimizar los efectos del dióxido de carbono.

Huir de espacios monocromáticos y aprovechar las propiedades que tienen los colores en el estado de ánimo de las personas es uno de los objetivos de quienes diseñan los espacios de trabajo.