Cenas Adivina es un proyecto de la madrileña Silvia Moreno que comenzó en 2014 como un hobbie, organizando en su propia casa una cena al mes en la que los asistentes compartían experiencias y debatían de una forma cercana y sin guiones con un invitado popular o experto en una materia. En definitiva, una reunión diferente en la que aprender, divertirse y conocer personas con inquietudes comunes, y todo ello disfrutando de una cena elaborada por la propia anfotriona en un ambiente cuidado hasta el último detalle.
No se trata de “mealsurfing” como algunos llaman a la moda de comer con desconocidos. A Silvia simplemente le encanta recibir en casa, hacer fiestas y cocinar para sus invitados. En un principio, ella misma preparaba la comida y entre todos los asistentes abonaban el precio total de la cena. El objetivo no era ganar dinero ni crear un club cerrado de amigos, lo que le apetecía a Silvia era aprender de otros y disfrutar de charlas interesantes.
Aunque celebran brunchs que comienzan a mediodía y finalizan alrededor de los 16:00 horas, en la mayoría de las casos son cenas que terminan de madrugada. Por lo general, siguen celebrándose en la casa particular de Silvia, en el salón de su piso en el Barrio de Salamanca de Madrid, aunque también las hacen en otras ciudades a través de la iniciativa #ontheroad. En estos casos son otros anfitriones quienes acogen en su salón a los asistentes intentando “no perder ese espíritu de hogar característico de las veladas Adivina“, apunta Silvia.
Con más de cinco años de trayectoria, han pasado por estas veladas invitados tan heterogéneos como el entrenador y ex-jugador de fútbol, Michel, Laura Baena del Club de las Malas Madres, Antonella Pucareli de Ikea, o Bea Gaspar de Con botas de agua. Actualmente las cenas tienen listas de espera un mes antes de celebrarse y Silvia ha dejado su trabajo para decicarse al completo al proyecto.
No se trata solo de una reunión de amigos, en Cenas Adivina puede participar todo el mundo, hombres y mujeres. Pueden ir solos o acompañados, solo tienen que estar atentos al calendario para reservar plaza antes de que se complete el aforo. “Habitualmente el precio por persona es de 45€, aunque en algunos casos varía dependiendo de la velada y el lugar de celebración”, añade Silvia.
Independientemente del lugar de celebración, la organización se encarga de cuidar cada detalle para conseguir un ambiente familiar y acogedor, aunque el verdadero secreto no solo está en la mesa impecable, la decoración, las flores o la iluminación, el secreto de que todos los asistentes se encuentren como en casa está en compartir el protagonismo entre el experto y los asistentes. Así es como se crea un ambiente verdaderamente único del que se llevan una experiencia diferente, aprenden cosas nuevas y se divierten mientras conocen gente y disfrutan de una buena cena y un buen vino.