“Trucaps es una idea loca de dos hermanas con ganas de emprender”. Así define Carmen Truyols, una médico especialista en anestesiología, el proyecto que comenzó a desarrollar en 2013 y que ha conseguido convertir en un negocio rentable. Carmen y su hermana Raquel venden gorros personalizados para quirófano a través de una web que ellas mismas pusieron en funcionamiento y unas redes sociales que atienden cada día como si fueran unas community manager profesionales.
“La experiencia de emprender vale la pena aunque hubiéramos perdido la inversión inicial”
Carmen Truyols, creadora de Trucaps
La empresa ha ido creciendo de manera ordenada, y desde el principio se han ocupado personalmente de todos los detalles, de elegir cada una de las telas, de los diseños, de revisar cada una de las facturas y del trato con los clientes. “Como todos los negocios llevados desde el cariño, nos cuesta mucho delegar. Puedo quitarme horas de dormir, pero no puedo dejar de contestar a un cliente”, nos explica Carmen.
Quizá ese haya sido uno de los problemas que les ha llevado a la situación en la que se encuentran actualmente. Trucaps ha crecido tanto que ha llegado el momento de replantearse la empresa y “reevaluar los principios de la vida” de estas emprendedoras. Así es como define Carmen esta situación, mientras se plantea que, “aunque sería precioso, es demasiado duro dejar nuestras carreras para seguir al 100% en Trucaps”.
“Si tienes una idea, no esperes a que sea perfecta, lánzate. El producto se perfecciona rodando”
Carmen Truyols, creadora de Trucaps
Cuando comenzaron su andadura empresarial, su hermana Raquel estaba desempleada y Carmen estaba comenzando a la labrar su carrera, sin cargas familiares y con mucho tiempo libre. Ahora tienen niños y un volumen de trabajo que no les permite atender su empresa como a ellas les gustaría, desde el cariño, atendiendo personalmente cada correo y llamada de teléfono de un cliente, seleccionando las telas, diseñando y probando los gorros.
Esa forma de llevar el negocio es incompatible con su vida familiar y sus carreras profesionales como anestesista, en el caso de Carmen, y como directora de proyectos de una multinacional que viaja continuamente, en el caso de Raquel. Tomada la dura decisión, hacen balance de una experiencia empresarial que surge de una idea divertida en la que cada hermana invirtió 800 euros y mucha ilusión. “La experiencia ha sido positiva al 2.000%. Con una web muy sencilla y unos ahorrillos hemos conseguido lo que nunca nos hubiéramos imaginado”, añade Carmen.
“Aunque sería precioso, también sería muy duro dejar nuestras carreras para seguir al 100% en Trucaps”
Carmen Truyols, creadora de Trucaps
Han sido capaces de hacer rentable un proyecto que jamás imaginaron que pudiera funcionar, de manejar una web sin tener conocimientos de informática, crear un producto propio y único, y venderlo en toda España e incluso fuera, “porque este producto se vende prácticamente solo”, añade Carmen.
Llegaron las primeras y ocuparon un hueco que no estaba ocupado. Si uno ponía en cualquier buscador de internet las palabras gorros de quirófano salían en primer lugar los de Trucaps. Recuperaron la inversión rápidamente y han aumentado el volumen de negocio sustancialmente en estos seis años de funcionamiento.
“Es facilísimo emprender. Si además nos ayudaran, esto sería la pera”
Carmen Truyols, creadora de Trucaps
Según nos cuentan Carmen y Raquel, si algo han aprendido de esta experiencia es que no es necesario esperar a que el negocio esté perfectamente configurado para lanzarlo al mercado. Una idea se puede valorar y los problemas podrán subsanarse cuando esté en marcha, desde la teoría es mucho más difícil y lento su desarrollo.
“Tenemos que cambiar la idea equivocada de que en España no podemos”. Para la mayor de las hermanas Truyols, los emprendedores españoles son gente muy formada, creativa, a los que hay que ayudar. Según nos cuentan Carmen y Raquel, la dificultad no está en crear un proyecto y ponerlo en funcionamiento, el verdadero problema son los impuestos. “Es facilísimo aprender. Si además nos ayudaran, esto sería la pera”, concluye Carmen.