Sin recursos, con una trayectoria empresarial que había acabado en fracaso y una inversión de 2.000€ en una página web, Enrique Arrilaga creó en 2014 la fábrica de muebles que ya se conoce como “El Ikea vasco”. El año pasado facturaron alrededor de 2,3 millones de euros y siguen creciendo.
Crecían ordenadamente desde su creación, pero fue un artículo publicado en El País lo que convirtió a Muebles LUFE en un fenómeno viral que le ha llevado a crecer de manera meteórica. Tanto que actualmente su principal problema está en hacer frente a los pedidos que les llegan a través de su web. El proyecto es auténtico, pero si no llega a ser por la idea de mandar una nota de prensa para celebrar el crecimiento de una empresa en tiempos de crisis, primero, y después la relevancia que tuvo el artículo y su afortunada difusión, que convirtió este concepto de empresa en un fenómeno viral, no hubieran conseguido crecer tan rápido, reconoce Enrique Arrilaga, creador de este negocio.
LUFE es una fábrica de muebles de madera maciza que surge después del cierre de una empresa familiar dedicada a la elaboración de productos de pino. Desde 2005 empezaron a vender a través de internet, pero nunca con resultados positivos. La crisis y el desarrollo de unos proyectos que no dieron el resultado previsto la abocaron al cierre.
Después de este fracaso y habiendo destinado todos los recursos disponibles para salvar la empresa, se encontraron ante un nuevo reto. ¿Qué hacer? Según nos cuenta el propio Enrique Arrilaga, las posibilidades que se le ocurrieron fueron tres:
1.- Buscar trabajo en una empresa del sector.
2.- Buscar trabajo en una empresa de otro sector.
3.- Aprovechar la experiencia de 22 años de trabajo en el sector de los muebles de madera (de 1992 a 2014).
De las tres opciones, en aquel momento pensé que, por lo que respecta a la tercera, o la llevaba a cabo en ese momento o ya no la iba a hacer nunca. Para las otras siempre habría tiempo, explica Enrique.
Tomada la decisión, se agarró de un gancho que colgaba de su último proyecto: antes de cerrar habían sacado unas camas muy baratas para la venta a través de internet. Realizó una pequeña cuenta de explotación que decía que si llegaban a facturar 30.000€ al mes podían sacar adelante un negocio rentable. Creyó ser capaz de hacerlo y embarcó a su mujer en el proyecto. Ahí comenzó Muebles LUFE. También contó con la ayuda de Pablo Aristi y de Jose María Berasategui, trabajadores que le acompañaron desde la anterior empresa, y sin los cuales este proyecto no se podría haber llevado a cabo, apunta Enrique.
Comenzaron totalmente en precario. “No disponíamos de recursos y nuestro bagaje era simplemente una trayectoria que había acabado en fracaso”, nos cuenta Enrique. Invirtieron 2.000 € en crear la página web, gracias a que la agencia de comunicación Lombok con la que habían trabajado en el anterior proyecto seguía creyendo en ellos y les cobró la cuarta parte del precio real. Y siguieron recibiendo apoyos. Martín Martínez de Marigorta, un proveedor de maquinaria con el que siempre habían trabajado, les proporcionó maquinaria con un “Ya me pagarás”, y Lander Garate les dejó sus instalaciones de Begar Mobiliario a costo cero para los primeros meses. Josu Gandiaga, de Carpintería Gandiaga, les prestó algunas máquinas gratis… Algo así como un crowdfunding, pero sin esperar recompensa alguna. Eso sí, Enrique no se cansa de dar gracias a todos los que le ayudaron. Hoy, LUFE tiene un equipo formado por 21 profesionales que producen alrededor de 350 muebles diarios.
El cliente tipo de Muebles LUFE es una mujer de entre 30 y 45 años,
mayoritariamente con residencia en Madrid y Barcelona.
El número de pedidos diarios varía, pero en este momento están recibiendo alrededor de 80. El plazo de entrega actual es de dos semanas, aunque el objetivo es llegar a un plazo de envío de entre 24 y 48 horas, nos explica Enrique.
Los medios los han bautizado como “El Ikea vasco”, seguramente porque los muebles se los monta uno mismo en su casa. Más allá de eso, el creador de LUFE no encuentra semejanzas. Producen los muebles en su fábrica de Azpeitia, con madera maciza de la zona y los venden a través de internet. Su modelo es claro: ecología, producción local, precios de fabricante, madera maciza. El gigante sueco tiene multitud de tiendas físicas por todo el mundo y una facturación que nada tiene que ver con la nuestra, apunta Enrique.
La adaptación a la demanda ha sido a base de TRABAJO. Han crecido en personas pero también en calidad. Para el creador de muebles LUFE, la importancia del crecimiento es relativa. Según el propio Enrique, “ahora mismo si no creciéramos no pasaría nada, ya que no tenemos deuda y eso nos capacita para tomar las decisiones con total serenidad”. No en vano, el pasado año tomaron la decisión de reducir el catálogo, ya que en aquel momento no eran capaces de hacer frente al creciente número de pedidos que llegaban a diario.
Actualmente tienen alrededor de 10.000 visitas diarias a su web
y gestionan una media de 80 pedidos al día
Siguen trabajando con la agencia de comunicación con la que comenzaron y actualmente tienen alrededor de 10.000 visitas diarias a su web. Con una estrategia que trata de atraer visitas de una forma ordenada van probando tácticas y acciones al ritmo que les sugieren las redes: lo que ayer era AdWords hoy es Facebook Ads, y mañana será Instagram, y pasado quién sabe. Lo que no hacemos es estar quietos. Sabemos que a cuantos más clientes lleguemos de la forma más económica posible, más ventas y beneficios vamos a tener, nos explica Enrique.