El CEO de Morrison, Pablo Recuenco, nos cuenta cómo, sin tener dinero para montar su tienda online de zapatillas, estos tres amigos consiguieron el doble de dinero de lo que necesitaban para montar su negocio.
Crowdfunding de recompensa
Estos tres amigos del colegio tenían el sueño de crear su propia marca de zapatillas y, aunque no contaban con un euro para montar la empresa, encontraron una solución para salvar este obstáculo: el crowdfunding de recompensa.
Esta fórmula de financiación les permitió, no solo sacar a la luz su proyecto, sino testar su producto antes de sacarlo al mercado. El CEO de Morrison, Pablo Recuenco, nos cuenta cómo lo hicieron: “Publicamos nuestra idea en una plataforma de financiación colectiva ofreciendo el regalo de un par de zapatillas a todo aquel que donara 39 euros a nuestro proyecto”.
Parece ser que el incentivo era lo bastante atrayente como para conseguir la cantidad suficiente para testar las zapatillas y poner en marcha Morrison. En total consiguieron 22.617 euros, casi el doble de lo que habían estimado. Y solo en 20 días.
Estos tres jóvenes apasionados del mundo digital y enamorados del emprendimiento y la moda, han conseguido vender más de 6.000 ejemplares en el primer año de actividad. Álvaro Patón, ingeniero industrial; Álvaro Rodríguez, Licenciado en Ciencias de la Actividad Física y del Deporte; y Pablo Recuenco, Graduado en Periodismo, han demostrado que es posible crear una marca totalmente reconocible y diferenciada de lo que existía en el mercado, y además facturar 400.000 euros en el primer año de actividad, sin tener que pedir un préstamo.
Antes de Morrison y durante el primer año de vida de la empresa, trabajaban los tres por cuenta ajena en temas relacionados con formación. Según el propio Recuenco, aunque estaban satisfechos con su trabajo, prefirieron lanzarse a crear su propia marca de zapatillas. Emprendimos por pasión, no por necesidad, nos explica el CEO de Morrison.
En un mercado cargado de marcas de moda creadas por jóvenes que, una vez han finalizado sus estudios universitarios se han lanzado a emprender animados por éxitos como los de Hawkers o Pompeii, Morriosn ha intentado crear algo diferente, un diseño disruptivo, algo que fuera distinto a lo que ya había en el mercado. Últimamente vemos muchas marcas que comparten un patrón común en sus diseños, con básicos más impersonales. Nosotros hemos querido hacer algo más icónico. Que fuera fácilmente reconocible, nos cuenta Pablo.
Han sabido identificar bien al cliente Morrison, el millenial que conoce bien la marca y se siente identificado con ella. El secreto para conseguir esta fidelidad: darles un trato muy cercano, un catálogo de 9 diseños diferentes y un icono con el que identificarse, el faro que simboliza la amistad.
Sin llegar a las cifras millonarias de pioneros en este mercado como Pompeii, han conseguido unos resultados inesperados en el primer año de facturación, 400.000 euros, con previsión de duplicar ingresos en su segundo año vendiendo zapatillas fabricadas íntegramente en España y a un precio medio de 52,95 euros.
Utilizan todo tipo de materiales y de cara al año que viene quieren lanzar una línea vegana, atendiendo la demanda de alguno de sus clientes. En este segundo año de actividad, la idea es seguir potenciando la imagen de la marca reinvirtiendo los beneficios para seguir creciendo.
Aunque sus zapatillas se venden en su escaparate virtual, esta startups no solo vende zapatillas. Siguiendo la línea de otras tiendas online que basan su modelo de negocio en hacer ruido y generar expectación, usan internet como el canal perfecto para hacer que los consumidores deseen hacerse con sus diseños y pertenecer a su comunidad. Utilizan fundamentalmente las redes sociales. Facebook e Instagram son los principales campos de batalla en los que luchan por la atención de unos clientes a los que les gusta vivir experiencias y diferenciarse probando cosas nuevas. Nuestras zapatillas son un concepto nuevo y distinto, por eso les atrae tanto, nos explica Pablo Recuenco.
Venden fundamentalmente en España con una estrategia de marketing orientada exclusivamente a clientes de nuestro país, aunque empiezan a tener pedidos de fuera. Además de ampliar su mercado y expandir su marca en el extranjero, sus planes de futuro se basan en diversificar la oferta de productos para que la gente pueda llevar el faro no solo en sus zapatillas, sino también en camisetas, calcetines, sudaderas…