Closca es una startup creada en el año 2013 por tres jóvenes valencianos, que está revolucionando el sector de los cascos de bicicleta gracias a su innovador diseño y sistema de seguridad. 

El diseño innovador del casco, con tres piezas que se pliegan hasta quedar plano como un libro, le permite absorber mejor los impactos, además de estar estéticamente a años luz de los cascos que se utilizan habitualmente para andar en bici. Las viseras personalizables y el chip NFC que permite compartir información entre el casco y el usuario, han terminado de enamorar a clientes de Alemania y Estados Unidos, los más fieles a esta marca.  

El casco Closca reduce su volumen hasta el 50% cuando no está en uso

Carlos Ferrando, fundador de Closca

El proyecto nació en julio de 2013, con una primera campaña de crowdfunding que tuvo lugar en la plataforma americana Kickstarter. Aun así, hasta finales de 2016 no podemos considerar que Closca iniciara su actividad constante como marca y como proyecto. Yo fui uno de los impulsores del proyecto, junto a Rafa Cerdá y Carlos Hernández. Juntos decidimos que queríamos diseñar productos que cambiaran la actitud de las personas, haciendo de nuestras ciudades lugares más amables y honestos en los que vivir y crecer. Con ello, nos propusimos crear nuevas categorías de producto. 

Actualmente, Closca está formada por un equipo de 14 personas divididas entre los departamentos de Operaciones, Diseño (gráfico e industrial), Marketing y Comunicación, Desarrollo Digital y Administración. Desde Closca, con sede en Valencia, se realiza el diseño de todas las fases del proyecto. Tras ese proceso, se fabrica fuera de nuestras oficinas por las complicaciones técnicas y se comercializa desde nuestra oficina base en Valencia o desde nuestra sede en Estados Unidos, según el destino del envío. 

El casco

El casco está inicialmente pensado para bicicleta y es para este medio de transporte para que el que se han obtenido las mayores certificaciones de seguridad en Europa y Estados Unidos (CPSC & EN1078). Reduce a casi un 50% de su tamaño respecto a su tamaño original cuando se pliega, lo que permite poder guardarlo en un bolso o una mochila de manera sencilla y evitar esas incomodidades a la hora de cargar con él. Tiene un coste desde 120€, acompañado de nuestro visor basic. Tenemos disponible para este modelo los visores: Tangerine (naranja), Kale (verde), Niágara (azul) y Reflective (reflectante nocturno). Además, tenemos también el modelo Closca Nordic, para los lugares más fríos, que incluye un visor de lana que cubre las orejas. Closca Helmet lleva ya más de 25.000 unidades vendidas. 

En Closca, apenas el 15% de las ventas tienen origen nacional. Contamos con puntos de venta y distribución en países como Estados Unidos, Italia, Alemania, Reino Unido, Bélgica, Holanda… y en estos momentos nos encontramos abriendo el mercado de Asia. 

Los clientes Closca

Nos gusta llamarlo “la clase creativa”, ciudadanos que aprecian el diseño, la belleza, la simplicidad y que no quieren dejar a un lado su estilo personal. Por eso buscan un producto que se adapte a ellos, a su vida y a su forma de vestir. Closca es más que un casco, es un objeto de moda. Lo más importante es que con este casco hemos conseguido cambiar la idea negativa del objeto. Hasta ahora, se veía como una armadura, como algo que la gente no quiere usar. Closca hace que el casco pase de ser algo rechazado, a algo deseado, por su diseño, elegancia y minimalismo. Un dato a destacar en este caso es que el 56% de los clientes que han comprado un casco Closca, no habían tenido ninguno anteriormente. 

El futuro Closca

Actualmente, con dos productos en el mercado, Closca Helmet (Closca Helmet, Closca Nordic, Closca Kids, Suro ) y Closca Bottle + Closca Water App, nuestros objetivos a corto/medio plazo son, ampliar nuestros puntos de venta y distribución internacionales, logrando ampliar nuestro volumen de producción y llegando cada vez más a nuestro cliente objetivo. Además, queremos abrir nuevos mercados como Australia y desarrollar aquellos que acabamos de explorar, como Asia.