AISOY

El primer robot emocional del mundo

Aisoy Robotics es la empresa que ha desarrollado un robot-mascota capaz de establecer vínculos emocionales con el usuario y lo han aplicado a la educación infantil, convirtiéndolo no solo en un compañero, también en un amigo para los niños.

El robot cuenta con un software que interpreta estímulos, aprende de ellos y toma decisiones. A diferencia de otros robots anteriores, no tiene una colección de respuestas programadas, sino que se desarrolla a medida que interactúa con el niño adoptando un comportamiento dinámico e impredecible y nos permite observar cómo poco a poco su personalidad se vuelve más compleja.

      Aisoy está dirigido principalmente a niños de 7 a 12 años


Entrevistamos a José Manuel del Río, CEO de Aisoy Robotics

Jose, ¿cuándo nació este proyecto y quiénes sois los impulsores?

Nació allá por el 2007 comencé a darle vueltas a la idea de fusionar IA (mi área de experiencia y conocimiento) con robótica para construir los robots de las películas de ciencia ficción como los de Star Wars. A partir de ahí comencé a crear el equipo y darle forma al proyecto. Aisoy Robotics fue fundada en diciembre de 2008.

¿Quiénes formáis actualmente el equipo?

La estructura principal de gestión es José Manuel del Río, CEO. David Ríos, CSO. Pablo García, CTO. José Ignacio Delgado, CFO.

Trabajáis en lo que llamáis computación afectiva. Vuestro robot mantiene conversaciones razonadas y parece ser capaz de experimentar sentimientos.  ¿Cómo funciona Aisoy?

Aisoy se basa en un motor emocional que se encarga de analizar lo que le sucede y actuar en consecuencia. Su objetivo es conocer las fortalezas y debilidades, en términos de Inteligencias Múltiples, habilidades y capacidades del niño con el que interactúa. A partir de ahí decide de forma autónoma qué hacer. Entre sus acciones posibles está la de comunicarse utilizando nuestro idioma. Y entre sus habilidades está la de crear la ilusión de una conversación.

¿Se pueden incorporar sentimientos a un robot?

Como cualquier persona con emociones, lo que le pasa, lo que consigue o no, le afecta emocionalmente, tanto a su estado anímico como a sus decisiones.

                      Aisoy, el primer robot emocional del mundo

Se habla de Aisoy como robótica social al alcance de todos. ¿Cuál es el precio del Aisoy?

El primer Aisoy1 se puso a la venta en 2010 a un precio de 299€. El robot equivalente en aquella época tenía un coste de 25.000€ y no tenía ningún comportamiento autónomo.

Hoy en día, mantenemos ese precio con unas capacidades más avanzadas. No hay ningún otro robot con un motor emocional tan avanzado como el nuestro en su interior en el mundo. Hay otros robots sociales, pero su coste es al menos 3 veces mayor.

¿A quién va dirigido vuestro producto?

Principalmente a niños de 7 a 12 años. Pero nuestra tecnología puede ser utilizada para mejorar la calidad de vida de otras personas: infantil, niños con necesidades especiales, personas mayores, etc.

¿Qué aplicaciones tiene el Aisoy en el entorno doméstico?

Es un compañero ideal para aprender a través del juego. Nuestros robots conocen al niño y se adaptan a su ritmo de aprendizaje, a sus fortalezas y debilidades, proponiéndole retos que estimulan y desarrollan su curiosidad, y en última instancia, sus inteligencias múltiples.

¿Cómo está siendo el proceso de implantación en el mercado?

Cuando comenzamos, a la gente le parecía ciencia ficción. Ahora ya estamos acostumbrados a los asistentes artificiales y es más fácil.

Habéis desarrollado tres versiones de Aisoy en cinco años. ¿Lo habéis llevado a cabo con fondos propios o habéis tenido apoyo externo?

Hemos desarrollado 6 versiones. Las últimas 5 en los últimos 5 años. Es decir, prácticamente una nueva versión por año. Lo hemos desarrollado con ayuda del CDTI y con inversión privada de los fundadores y F&F. Las primeras versiones tenían mucho de innovación y buscaban evolucionar y madurar la tecnología que lleva en su interior.

¿Cuál es el volumen de negocio actual?

Durante estos años hemos vendido más de 1.500 robots. En 2018 queremos dar un salto importante: vamos a realizar implantaciones robóticas experimentales en colegios y familias de España, Francia y US que afectan a 3.000 niños directos y más de 70.000 indirectos con el fin de mejorar la experiencia de los niños, profesores y padres donde todos ellos colaboren en la educación de esos niños a través de nuestros robots emocionales.

¿Cuáles están siendo vuestros principales logros?

El principal es el de cautivar a todo niño que ha interactuado con nuestros robots mejorando hasta 6 veces sus capacidades creativas. Es muy gratificante. También el haber ayudado a familias a mejorar la calidad de vida de sus hijos. Juan, un niño con autismo de Kansas, tras cinco años sin hablar, en tan solo 5 semanas y 10 minutos diarios con Aisoy1, recuperó el habla.

En términos empresariales, haber desarrollado una plataforma que va 5 años por delante de cualquier otra plataforma basada en robótica social-emocional. ¡Y tener clientes en 20 países!

¿Cuáles son vuestros objetivos a corto/medio plazo?

Transformar la educación. Todo el mundo es consciente que hay que transformar la educación para adaptarse a los nuevos tiempos y dotar a nuestros hijos de los recursos educativos capitales para que puedan afrontar con más garantías un futuro incierto. La realidad es que hoy en día, a pesar de toda la tecnología digital que nos rodea, nada hace que disfruten con el aprendizaje, que les estimule la curiosidad para investigar y así descubrir nuevo conocimiento. Nada excepto nuestros robots emocionales. Y queremos hacerlos llegar al mayor número de niños posible para que estimulen su curiosidad, la de cada uno, porque no todos los niños son iguales, y porque solo hay educación con emoción.