Dos hermanas gallegas han apostado por un modelo de negocio que hasta el momento no existía en su zona, una finca hípica que va más allá de los servicios tradicionales que suelen ofrecer este tipo de negocios. A la Hípica Prado Ventura no se va solamente a montar a caballo, además del servicio deportivo, las hermanas García aportan una línea terapéutica. Nos lo cuenta Antía García, una de las impulsoras del proyecto.
Antía y Noa siempre han montado a caballo, desde muy pequeñas. Su contacto con estos animales se ha mantenido con los años, y siempre con mucha pasión, aunque como usuarias. La iniciativa surgió de Antía, cuando todavía trabajaba como profesora de enseñanza secundaria en institutos de FP. En ese momento tenía una yegua en unas instalaciones que el anterior gerente quería ceder. Como en aquella época los módulos que esta joven gallega impartía estaban relacionados con habilidades sociales y atención psicosocial, se lanzó y aceptó la gerencia de esa hípica para iniciar el proyecto “Libélula IAA” de intervenciones asistidas con animales.
Más tarde se incorporó su hermana Noa, que se formó como jinete en el CAVA para impartir clases de equitación. Pero como las instalaciones estaban en situación de abandono, al cabo de un año y medio decidieron buscar una nueva ubicación y comprometerse con unas instalaciones más adecuadas al proyecto. De esta forma nace HÍPICA PRADO VENTURA, con la intención de poder ofertar servicios atractivos y de calidad, combinando el ámbito deportivo y el crecimiento personal.
Antía es licenciada en Sociología, formada en terapia familiar breve, coaching y terapia Gestalt. Tiene amplia experiencia formando a profesionales de la intervención sociocomunitaria, especialmente en las áreas de habilidades sociales y atención y apoyo psicosocial.
Noa es aparejadora de profesión, y tras una infructuosa experiencia en su campo, decidió ayudar a su hermana con el proyecto, formándose como técnica de equitación para poder hacerse cargo de las clases y las domas. Para eso se mudó a Cataluña y se formó en el CAVA hasta conseguir el nivel II. Actualmente está entrenando dos caballos, uno para salto y otro para doma, con la intención de volver a incorporarse al mundo de la competición, a la par que sigue su formación como jinete y profesora de equitación.
Aunque el equipo está formado en este momento por Noa, a cargo de la gerencia deportiva, y por Antía, a cargo de la gerencia terapéutica, trabajan en red con varios profesionales que colaboran con ellas en áreas como:
- Fotografía: Alfonso Sangiao o Guillermo López Garabatos, con los que realizan actividades combinadas de crecimiento personal y fotografía asistidos por caballos.
- Educación Social: Miriam Martínez Juárez, con amplia experiencia como auxiliar de clínica y geriatría, formada como auxiliar de enfermería y actualmente cursando el grado de educación social, formada por las hermanas García como jinete y moza de cuadras; que colabora como auxiliar ecuestre y guía de perros de soporte emocional, en las actividades y cursos de terapia asistida con caballos.
- Técnico deportivo: Yago Pazos Caramés, entrenador de remo, gimnasia de mantenimiento y socorrismo que actualmente se está formando en yoga por la escuela OM shanti, y Fernando Arias Gutiérrez, formado en ciencias del deporte por la universidad de Vigo. Ambos cuentan con amplia experiencia como entrenadores deportivos a nivel particular y de competición, así como en socorrismo.
- Nutrición equina: Brandon Freire Dopico, con amplia experiencia en el mundo del caballo y desde hace unos años en la distribución de pienso, les asesora en las pautas nutricionales concretas de los animales.
- Educación y adiestramiento canino: Miriam Muñoz, instructora canina profesional y directora del proyecto ESCAN en Galicia, que colabora en el entrenamiento de los perros de soporte emocional.
- Turismo e idiomas: Ana Rodríguez Loureiro, gerente de Zafiro Tours Fente y Maki Mariachiara Dell’Aglio, traductora/intérprete con quienes organizan eventos turísticos, nacionales e internacionales, como campamentos de idiomas, excursiones a caballo, packs de sesiones antiestrés a caballo y un largo etc. de opciones relacionadas con el bienestar del entorno natural.
Una vez conocemos a todo el equipo de Prado Ventura, seguimos conociendo cómo se ha ido gestsando este proyecto. Según nos cuenta la propia Antía, cuando deja su trabajo como profesora, lo primero que hace es capitalizar la prestación por desempleo. Más adelante, con la ayuda financiera de la familia y una concesión por parte del IGAPE de un préstamo Jeremie, pudieron fortalecer y reactivar su actividad. Un año más tarde, localizaron unos terrenos de suelo rústico en una parroquia rural de montaña del ayuntamiento de As Pontes, llamada O Aparral – lugar de Casas Ermas. “Nos parecieron idóneos para el proyecto por dos razones: la primera, por su buena comunicación que facilita el tiempo de llegada y con un acceso asfaltado hasta la entrada de la finca; y la segunda, por la paz que irradiaban, al formar dentro de ellos, un bosque autóctono”, nos explica Antía.
Además de la inversión de fondos propios y el préstamo Jeremie, para desarrollar un proyecto de tanta envergadura, las hermanas García han conseguido apoyos de la Diputación, la Consellería de Emprego de la Xunta de Galicia, el ayuntamiento de As Pontes, y préstamos bancarios del Banco Caixa Geral y la oficina de As Pontes de ABANCA.
Hemos adoptado como nuestro el lema de Beckett, “fracasa otra vez, fracasa mejor”
Antía García, co-fundadora de Hípica Prado Ventura
Como en el centro Prado Ventura existen dos líneas de servicio muy diferenciadas, cuentan claramente con varios perfiles de cliente. En lo deportivo, desde las personas de cualquier edad que se acercan por primera vez al mundo del caballo, hasta clientela que lleva años como propietaria de caballos y busca un lugar tranquilo donde entrenar y tenerlo bien cuidado. Respecto al coaching y al desarrollo personal, el perfil que abarcan va desde asociaciones que trabajan con colectivos con necesidades específicas (autismo, down, alcoholismo, etc.), hasta personas usuarias privadas o familias que buscan un proceso de crecimiento personal que solucione dificultades emocionales, deportivas o personales.
Este tipo de sesiones están pensadas para aquellas asociaciones, familias o particulares que trabajan o conviven junto a personas con necesidades específicas (Down, autismo, alcoholismo, trastornos del aprendizaje, etc.), y quieren poner en práctica una forma complementaria en el tratamiento de sus necesidades psicomotrices, cognitivas, emocionales, de aprendizaje o comunicación.
Son sesiones a caballo o pie a tierra, dependiendo de lo que se quiera trabajar, donde se utiliza el contacto con el caballo como catalizador del aprendizaje en el desarrollo de cada objetivo terapéutico. En cualquier caso, esta experiencia está funcionando muy bien en personas con dificultades motrices o del desarrollo cognitivo porque facilita el enfoque hacia el exterior, proporciona oportunidades de contacto físico y estimula la comunicación verbal y no verbal. Además, el tipo de ejercicios que desarrollan permiten el entrenamiento de aspectos cognitivos como la memoria, la atención y el lenguaje. También son adecuados para trastornos de lecto-escritura o dificultades de aprendizaje, ya que favorecen la expresión y la autorregulación emocional, potencian la empatía y facilitan el abordaje de objetivos educativos.