Ironhack es una escuela privada que está revolucionando el método de enseñanza tradicional. Imparte cursos de programación y UX intensivos con los que los alumnos salen completamente preparados para trabajar en empresas tan exigentes como El Corte Inglés, Cabify, Google o Telefónica.
Nació en el año 2013, cuando en España la tasa de paro juvenil era del 57,2% y en Silicon Valley acababan de nacer los cursos de programación intensivos, llamados bootcamps. Con menos de seis años de vida se ha convertido en una escuela tecnológica referente que imparte formación en Barcelona, Madrid, Miami, París y Ciudad de México. Los fundadores son Gonzalo Manrique y Ariel Quiñones, y actualmente el equipo de Ironhack está formado por 40 personas de diferentes nacionalidades.
Según nos cuenta el precursor de esta inicaitiva, Álvaro López-Cotelo, “Ironhack se creó para cambiar el modo que aprendemos sobre tecnología”. A través de sus bootcamps ofrecen formación muy intensiva, totalmente orientada a la práctica y a la empleabilidad de estudiantes que quieren cambiar de carrera, emprender o adquirir un mayor nivel de conocimientos tecnológicos para dar un salto en su trabajo. Actualmente enseñan programación y UX/UI.
En 2012 empiezan a surgir los bootcamps en USA. Nacen porque las empresas de Silicon Valley no encontraban gente graduada de las universidades que supieran trabajar en las tecnologías que ellos estaban utilizando. En este contexto empiezan a surgir bootcamps para formar a la gente de manera muy práctica en tecnologías que utilizan actualmente las empresas.
Se centran en enseñar habilidades prácticas demostrables a las empresas mediante proyectos que han llevado a cabo los alumnos de forma individual. Actualmente ofrecen dos tipos de cursos: Desarrollo web (full-stack JavaScript) y UX/UI. Ambos se pueden realizar a tiempo completo en dos meses o a tiempo parcial, para poder compatibilizarlo con el trabajo en 6.
En cuanto a los alumnos Ironhack, hay diferentes perfiles, pero si algo hay que define a todos es la capacidad de adaptación al cambio, la capacidad de respuesta y, sobre todo, el aprender a no depender de nadie para poder sacar sus objetivos adelante. “Esto hace que nuestros alumnos puedan empezar a ser productivos desde que se incorporan. El 90% de ratio de empleabilidad a los 3 meses de la graduación demuestra que vamos por el buen camino”, nos explica el CEO de la empresa.
Desde el primer momento tuvieron muy buena acogida. Switchup les ha nombrado el tercer mejor bootcamp del mundo. “Para nosotros es un orgullo porque se trata de un ranking basado en la opinión de los alumnos”, apunta Álvaro.
En estos casi seis años de andadura, por sus aulas han pasado cocineros, jardineros, arquitectos, graduados de Stanford, Harvard o MTI, Doctores en astrofísica, surfistas… todos ellos combinados con gente que ya tenía algún tipo de formación o conocimientos en los bootcamps que imparten. Cualquiera capaz de pasar la prueba de admisión es bienvenido. “En este sector el curriculum ha pasado a un segundo plano y lo que más se valora es lo que se sabe hacer”, añade Álvaro López-Cotelo.